martes, 7 de abril de 2009

Confesiones


La adrenalina corrió por mis venas conforme fui comprendiendo poco a poco el peligro. Desde su posición, él lo olió y su sonrisa se hizo burlona.
- Soy el mejor depredador del mundo, ¿no es cierto? Todo cuanto me rodea te invita a venir a mí: la voz, el rostro, incluso mi olor. ¡Como si los necesitases!, ¡Como si pudieras huir de mí!, ¡Como si pudieras derrotarme!
Permanecí sentada sin moverme, temiéndolo como no lo había temido nunca. Nunca lo había visto tan completamente libre de esa fachada edificada con tanto cuidado. Nunca había sido menos humano ni más hermoso. Con el rostro ceniciento y los ojos abiertos como platos, estaba sentada como un pájaro atrapado por los ojos de la serpiente.
Stephenie Meyer, Crepúsculo

2 comentarios:

Mireia dijo...

Edward ♥

Anice dijo...

la tia tó viciá xD

Publicar un comentario

 
Layout by Natsiworld